
Paseando una mañana,
Jeny la gatita,
percibió el olor
de su comida favorita.
Valiente y decidida
por la puerta entro,
al verla entornada
no se lo pensó.
El pescado en la mesa
enseguida vio,
de una sentada
se lo comió.
José que entraba
un grito soltó,
salió corriendo
Y la persiguió.
La gata astuta,
un salto dio
y rápido se tiró
por el balcón.
El pobre de José
sin comida se quedó,
la lista de Jeny
un banquete de dio.

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