
Había un ratón
escondido en un cajón,
nadie lo conocía
pero se llamaba Ramón.
Era pequeño
y muy juguetón,
por la noche salía
a la habitación.
Le gustaba correr
por todo el salón,
Miraba la tele
con mucha emoción.
También visitaba
el refrigerador,
le gustaba el queso
pero más el melón.
Al cajón volvía a entrar
cuando la luz veía brillar,
era momento de descansar
para después poder jugar.

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